sábado, 12 de marzo de 2016

219

“Primavera en los Apalaches”, de Aaron Copland fue compuesta entre 1943 y 1944 como ballet para Martha Graham, quien lo estrenó con su compañía en la Biblioteca del Congreso de Washington el 30 de octubre de 1944.

El mismo autor describe así esta obra:

“Primavera en los Apalaches, por lo general, se considera inspirada en el folclore. Pero la tonada de los Shakers: “Es el don de ser simple”, es el único material folclórico que verdaderamente he citado en la pieza. Ritmos y melodías que sugieren un cierto ambiente norteamericano...y el uso de temas folclóricos específicos no son, después de todo, la misma cosa.

Como se sabe, me llevó casi un año terminar Primavera en los Apalaches y originariamente estaba orquestada para tan sólo trece intérpretes. Recuerdo que pensaba que era una locura dedicarle todo ese tiempo, porque sabía la corta vida que tienen la mayoría de los ballets y sus partituras.Pero la suite para orquesta sinfónica que extraje de Primavera en los Apalaches fue premiada con el Premio Pulitzer en 1945 y cobró vida propia. Realmente, tuvo mucho que ver con llevar mi nombre a un público más amplio”.

Posteriormente Copland crearía Una Suite para orquesta homónima, con siete de los ocho movimientos del Ballet originales.

El autor describe asi este Segundo movimiento:

Rápido. Una brusca irrupción de las cuerdas en arpegios en la Mayor da inicio a la sección. Un sentimiento de recogimiento religioso pone el acento musical en la escena.

De acuerdo con Martha Graham, para quien fue compuesto, el ballet se refiere a: “una celebración de pioneros, en la primavera, alrededor de una granja recién construída en las colinas de Pensilvania en la primera mitad del siglo pasado. La recién casada y el joven granjero, que es su marido, personifican las emociones, alegres e inquietas, a las que invita su nueva relación doméstica. Un viejo vecino sugiere de vez en cuando la sólida confianza en la experiencia.Un predicador y sus seguidores recuerdan a los fundadores del nuevo hogar los extraños y terribles aspectos del destino humano. Al final dejan a la nueva pareja tranquila y segura en su nueva casa”.

La trama en realidad es sencilla y carente de dramatismo: Una joven pareja de colonos está a punto de comenzar a vivir en una nueva casa en el campo. Los vecinos acuden a celebrar una especie de ritual de consagración de la vivienda. Algunos de ellos dan consejos sobre lo duro y terrible de la vida. Al final se van todos y la pareja queda sola en su nueva casa.

Esta obra tiene cierta influencia Stravinskyana del Pájaro de Fuego. Influencia que se manifiesta por los cambios de ritmo violentos (sobre todo en el segundo movimiento), la orquestación moderna y los timbres sonoros.

Fuente:

http://javierclassic.blogspot.com.es/2010/09/copland.html


(NOTA: Puedes dejar tu comentario al pie de esta página).


No hay comentarios:

Publicar un comentario

#ffe6f9 p.primeralinea { text-indent: 40px; }