viernes, 18 de septiembre de 2015

144

Rachmaninov presentó su primera sinfonía en 1897 con la mala suerte de que Aleksander Glazunov, director de la orquesta, se presentó ebrio al estreno. La obra fue un auténtico fracaso y, a pesar de la brillantez de la obra, la poca musicalidad de Glazunov la oscureció para oídos tan entendidos como los de Korsakov o Cui que se encontraban en el estreno. Las duras críticas que recibió y el bloqueo al que fue sometido lo hundieron en una terrible depresión.

Además, en una reunión de sabios convocada en la casa de Tolstoi, éste tras oír una pieza tocada por Rachmaninov le preguntó ¿Y esa música para qué sirve? En este período de pensamiento, Tolstoi abogaba por la música popular y decía que la música culta no aportaba nada al hombre y que era innecesaria. Tras esta ridiculización sufrida por uno de los hombres a quien más admiraba, Rachmaninov terminó por tocar fondo.

Fue la ayuda del doctor Nikolai Dhal y su tratamiento de hipnosis lo que ayudó a Rachmaninov a salir de esta terrible depresión que había durado tres años. El compositor ruso comenzó así en 1900 la composición de su concierto para piano nº 2, dedicado a Dahl, presentando el 2 de diciembre de ese mismo año el segundo y tercer movimiento con él como solista y el 27 de octubre de 1901 la obra al completa con él de nuevo como solista y su primo Alexander Siloti en la dirección. (Este estreno en partes se debió a que poco tiempo antes del estreno, Rachmaninov revisó su primer movimiento dándose cuenta que el tema A era muy poco rotundo y el público podría entenderlo como una introducción y que el verdadero tema A era el B, así que decidió no presentarlo en el estreno para poderlo mejorar). Esta pieza fue un claro éxito y devolvió a Rachmaninov al panorama musical. Otra peculiaridad de este concierto es que antes de empezar cada movimiento (2º y 3º) existe una transición que va de la tonalidad predecesora a la nueva.

Este movimiento inicial (Moderato) empieza con una serie de acordes en el piano como si de toques de campana se trataran que crean tensión. El efecto acampanado interpretado al piano o usando verdaderamente campanas es un elemento muy recurrente en la música rusa del romanticismo que encontramos en otros autores como Borodin o Mussorgsky. En este caso Rachmaninov empieza con estas campanas a piano como introducción al movimiento. Dan un aire pesado y trágico, llegando a un punto culminante en la introducción del primer tema. En esta primera sección, la orquesta interpreta una melodía de carácter ruso (el tema "ruso" ya que recuerda a las danzas populares del país.una melodía de gran carga trágica) mientras que el piano realiza un acompañamiento consistente en arpegios. Tras el gran primer tema, le sigue una rápida transición hasta que se presenta el segundo tema en mi bemol mayor, mucho más lírico y que aparece interpretado por primera vez con un solo de piano

El agitado e inestable desarrollo toma motivos de ambos temas cambiando las tonalidades muy a menudo y pasa a varios instrumentos mientras una nueva idea musical se gesta lentamente. La música alcanza un gran clímax como si la obra fuera a repetir los primeros compases de la obra, pero la recapitulación va a ser bastante diferente.

Mientras la orquesta repite de nuevo el primer tema, el piano, que la otra vez hacía un papel de acompañamiento, ahora toca un tema de estilo parecido al de una marcha que ya había sido presentado a medias en el desarrollo, de este modo crea un considerable reajuste en la reexposición, como en el tema principal, tocado por la orquesta que se ha convertido en acompañamiento. El resto de la recapitulación es bastante literal.

Formalmente, el movimiento sigue la forma de sonata: Comienza con la introducción de las campanas para luego exponerse el tema A con la orquesta mientras el piano realiza un difícil y artificioso acompañamiento arpegiado intentando imponerse al dolor orquestal. Llegamos a un puente donde el piano cobra protagonismo, la orquesta acalla y entramos en el tema B. En el minuto 4:20 aproximadamente los trombones anuncian el comienzo del desarrollo. Este va creciendo de forma gradual en fuerza e intensidad hasta que el viento metal en un fortíssimo da el toque de salida de la reexposición en el 6:10. En esta obra, y como ocurre en varias formas sonata románticas la reexposición no es una simple repetición de la exposición si no que se trabaja sobre ella mediante la idea de que la obra es un viaje donde adquirimos un bagaje que luego ponemos de manifiesto dando nuevas interpretaciones o puntos de vista de cosas, que en esencia, son iguales. El tema ruso deja de ser más melancólico para volverse más luchador. En el 9:30 comienza la coda que nos precipita al glorioso final, pero no apoteósico; esto se lo reservará Rachmaninov para el último movimiento.

La obra está escrita para dos flautas, dos oboes, dos clarinetes en si♭ y la, dos fagotes, cuatro trompas en fa, dos trompetas en si♭, tres trombones (dos tenores y un bombardino), tuba, timbales, bombo, platillos, piano solista, y cuerdas. Está escrito en la forma tradicional de concierto de tres movimientos.

Esta pieza aparece en un gran número de bandas sonoras de películas, programas de televisión, videojuegos, etc.; así como versiones hechas por artistas musicales de todo el mundo

Fuente:

http://tono-menor.blogspot.com.es/2011/10/grandes-obras-concierto-para-piano-n-2.html


(NOTA: Puedes dejar tu comentario al pie de esta página).


1 comentario:

  1. ¡Precioso! ¡Enhorabuena por el blog y mil gracias por ayudarnos siempre! Un abrazo.
    Nuria (Madrid)

    ResponderEliminar

#ffe6f9 p.primeralinea { text-indent: 40px; }