En Nápoles, había una congregación dedicada a la Virgen de los Dolores, que todos los viernes de marzo cantaba el Stabat Mater de Scarlatti.
Habiendo oído la música de Pergolesi, los hermanos le encargaron otro a él, y le anticiparon 10 ducados.
Francesco Feo, amigo suyo, le visitó y al verle componiendo, le riñó y le dijo que ya era hora de descansar. Pergolesi, enfermo de tuberculosis, respondió: “¡Ay, querido maestro, escribo un Stabat a dos voces para la Congregación de los Caballeros de San Luigi di Palazzo, que el año pasado me dieron 10 ducados. Así que tengo que componerlo, y lo que escribo no vale ni diez reales, así de débil y acabado estoy. Permítame Dios que lo termine!”. Feo volvió a los pocos días y ya lo encontró moribundo.
Según la tradición, acabó la obra el último día de su vida, el 17-3-1736, a los 26 años. No tenía dinero cuando murió y fue enterrado en la fosa común de la catedral de Pozzuoli y sus bienes fueron vendidos para pagar el funeral, el entierro y las deudas.
Fuente: http://perso.ya.com/constan0/musics/pergolesi_1.htm
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