jueves, 21 de mayo de 2015

50

El 1 de Enero de 2014 tuvo lugar el tradicional concierto de Año Nuevo a cargo de la Orquesta Filarmónica de Viena que culminó de una forma inesperadamente espectacular desde un punto de vista de innovación y liderazgo.

Desde que Willy Boskowsky en 1958 estableció la tradición de cerrar el concierto con el Danubio Azul y la Marcha Radetzky nunca se había producido un broche tan inusual del concierto… y es que Daniel Barenboim hizo algo diferente, pero sencillamente extraordinario, no desde un punto de vista musical , sino desde una perspectiva de liderazgo…

Daniel Barenboim no dirigió con sus movimientos la marcha Radetzky sino que en un alarde mezcla de espontaneidad, disruptividad e innovación, se dedicó a saludar uno por uno a todos los integrantes de la Filarmónica, regalando gestos de complicidad, sonrisas y muestras de afecto a todos y cada uno de ellos… mientras estos, interpretaban de forma magistral y sin aparentemente dirección alguna la archiconocida obra de Johann Strauss padre.

Se asiste pues a una ruptura de protocolo, de un ejercicio de innovación sobre una tradición instaurada desde hace más de 50 años que constituye una demostración única de que es posible liderar de forma diferente. Tan solo hay que tener la voluntad para llevarlo a cabo.

Fuente:

http://andres-ortega.com/innovacion-y-liderazgo-al-son-de-la-marcha-radetzky/


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