viernes, 22 de mayo de 2015

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El segundo acto termina con este delicado coro, a modo de canción de cuna, en que sopranos y tenores (encarnados en un grupo de pescadores) cantan, fuera de escena y a boca cerrada, acompañados por una viola de amor y las cuerdas en pizzicato.

Este coro se constituye por tanto en hermosísimo prólogo para la noche en vela que transcurre, mientras la protagonista japonesa espera en su jardín el regreso del capitán americano, ignorando que este vuelve sí, pero acompañado de su esposa también americana.

Fuente:http://misoperasfavoritas.blogspot.com.es/2011/12/madama-butterfly-g-puccini.html



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